Proyección Digital con subtítulos en castellano
Recomendado para mayores de 14 años

Sarah Maldoror ​ fue una cineasta francesa de ascendencia africana.Sarah Durados nació en 1938 en Gers, hija de inmigrantes de Guadalupe. Tomó su nombre artístico de la novela clásica Los cantos de Maldoror, de Lautréamont. En París ingresó a una escuela de artes dramáticos. Junto a su esposo, el nacionalista angoleño Mário Pinto de Andrade, recibió una beca y estudió cine con el director soviético Mark Donskoi en Moscú en 1961. Allí conoció al cineasta Ousmane Sembène. Maldoror obtuvo reconocimiento internacional por su largometraje Sambizanga (1972), sobre la Guerra colonial portuguesa acaecida en Angola. Maldoror fue una de las primeras mujeres en dirigir un largometraje en África, por lo que su trabajo se incluye a menudo en estudios sobre el papel de la mujer africana en el cine de ese continente.

 

Lunes 19 a las 6:30 p.m. Conferencia con Francois Piron y Anouchka De Andrade (hija de Sarah Maldoror). Seguida de la proyección de los cortometrajes: 

Et les chiens se taisaient

Director: Sarah Maldoror
País: Francia
Año: 1978
Duración: 13min 

Obra de teatro cuya narración se centra en la rebelión de un hombre contra la esclavitud de su pueblo, filmada en el interior del Musée de l’Homme, en París.

 

Léon G. Damas

Director: Sarah Maldoror
País: Francia
Año: 1994
Duración: 26 min

Aimé Cesaire fue quien acuñó el término négritude, fue el poeta León G. Damas quien experimentó por primera vez la négritude, dice Leopold Senghor. Un documental sobre los poetas, los paisajes y las historias que rodean a este importante poeta, uno de los pilares del movimiento cultural de la négritude.

 

Martes 20 a las 6:30 p.m.

Un dessert pour Constance

Director: Sarah Maldoror
País: Francia
Año: 1980
Duración: 84 min

Producción televisiva en la que Sarah Maldoror utiliza el cine popular y cómico para combatir los estereotipos racistas. Con toques de comedia, la película cuenta la vida cotidiana de los emigrantes, de los africanos en París, a la vez que se burla de las identidades nacionales cerradas a través de algo supuestamente tan característicamente francés como la pericia culinaria.